16 de mayo de 2025

¿Es mejor tener un título o tener habilidades que el mercado busca?

Cuando Tomás terminó el colegio, su padre tenía una sola frase: “Lo importante es que tengas un título y le sugirió Administración, le dijo: “te va a servir para todo, después ves qué haces”. Tomás entró a la universidad con más dudas que certezas, motivado por cumplir expectativas más que por convicción. Tres años después, dejó la universidad sintiéndose fracasado, sin saber por dónde empezar. ¿Te suena familiar?

Cada vez más familias se enfrentan a este dilema: ¿vale más un título universitario o desarrollar habilidades que el mercado realmente necesita? Esta pregunta es clave hoy, cuando los caminos profesionales son diversos y menos lineales que antes.

Con este artículo buscamos reflexionar junto a madres y padres sobre la importancia de apoyar a sus hijos no solo a obtener un título, sino a descubrir su propósito, desarrollar habilidades y tomar decisiones informadas y conscientes sobre su futuro profesional.

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¿Qué está buscando hoy el mercado laboral?

Según un estudio de LinkedIn (2023), el 69% de los reclutadores considera relevantes las habilidades además de los títulos universitarios para evaluar candidatos. Esto no significa que el título no importe, pero sí que ha dejado de ser lo único que importa.

Las empresas están buscando:

  • Capacidad para resolver problemas.
  • Pensamiento crítico y creativo.
  • Inteligencia emocional.
  • Adaptabilidad y aprendizaje continuo.
  • Comunicación efectiva y trabajo en equipo.

Estas competencias no siempre se enseñan en las aulas tradicionales, y muchas veces los adolescentes llegan a la universidad sin saber si realmente están eligiendo lo que los conecta o simplemente lo que parece “seguro”. Muchas veces, si les gusta matemáticas, eligen Ingeniería industrial, una carrera popular, aunque a los jóvenes no les interese ni de casualidad los procesos de una industria.

¿Qué significa elegir con propósito y no solo por presión?

Muchos jóvenes entran a carreras por inercia: porque tienen buenos promedios, porque alguien les dijo que esa carrera tiene salida laboral, o porque hay una tradición familiar. Pero si no hay un trabajo previo de autoconocimiento, esa elección puede ser frágil.

En Bootcamp, nos encontramos con muchos jóvenes brillantes que sienten que no encajan, que dudan en silencio o que ya piensan en cambiarse de carrera sin haber empezado. En la mayoría de casos, no es falta de capacidad: es falta de claridad.

¿Se puede tener una carrera exitosa sin un título universitario?

Sí, y cada vez hay más ejemplos. Desde desarrolladores de software certificados por bootcamps tecnológicos, hasta emprendedores, diseñadores, creadores de contenido o técnicos especializados. Lo importante no es abandonar la universidad, sino entender que hay muchas formas de construir un camino profesional digno, retador y con futuro.

Eso sí: ninguna elección debería hacerse a la ligera, elegir una carrera técnica, universitaria o alternativa requiere información, claridad emocional y una visión de largo plazo.  Por ejemplo, si se quiere una carrera técnica, sugerimos que sea (de ser posible) en algún instituto que tenga una posible convalidación con alguna universidad.  Ningún joven sabe que puede querer o requerir más adelante.

¿Qué pueden hacer los padres para apoyar a sus hijos en esta etapa?

  1. Escuchar sin imponer: No se trata de decirles qué estudiar, sino de abrir preguntas que los inviten a pensar.
  2. Fomentar el autoconocimiento: Animarlos a explorar sus intereses, valores, talentos y temores.
  3. Buscar orientación profesional: Programas como Bootcamp by PHUTURA combinan test de orientación vocacional, espacios de reflexión, acompañamiento emocional y estrategias concretas para decidir mejor.
  4. Validar caminos no tradicionales: Un chico que quiere estudiar animación, música o ciencias ambientales no está eligiendo mal: está eligiendo distinto.
  5. Confiar en sus procesos: A veces, lo que más necesita un adolescente no es una respuesta, sino saber que no está solo.

Ana, mamá de Lucía (17), estaba preocupada porque su hija no quería seguir una carrera universitaria tradicional. Después de participar en el Bootcamp, Lucía eligió estudiar una carrera técnica en gastronomía y proyectarse como emprendedora. Hoy, Ana dice: “Nunca me imaginé verla tan motivada, tan decidida. Solo necesitábamos verla con otros ojos”.

¿Y si en lugar de presionar por una carrera segura, les damos la confianza para elegir a consciencia y con sentido?