¿Puedes aceptar que tu hijo no quiera estudiar ahora?

“No quiero postular este año. No estoy seguro de qué quiero hacer.”
Eso fue lo que Mariana escuchó de su hijo, que siempre había sido un buen estudiante. Ella sintió miedo. ¿Y si se “queda atrás”? ¿Y si pierde el ritmo? ¿Y si nunca retoma?

Pero también recordó algo: las decisiones importantes no se toman desde la presión, sino desde la claridad. Esa conversación fue el inicio de un proceso distinto, uno que no estaba en su plan… pero sí en el de él.

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Cuando una pausa no es un fracaso

Muchos padres enfrentan hoy este escenario: un hijo que termina el colegio y no quiere estudiar de inmediato. Y eso genera angustia.

Sin embargo, según la UNESCO, alrededor del 30% de los jóvenes en América Latina toma una pausa académica tras finalizar la secundaria (UNESCO, 2022). No por falta de capacidad, sino por necesidad de orientación.

Pedir tiempo para pensar no es perder el tiempo, es tener el coraje de no seguir un camino automático.  Ojo, esto no es lo mismo que un año sabático en donde quizá terminen perdidos y sin hacer nada concreto,

¿Cómo acompañar sin presionar?

• Escucha antes de responder. Cuando tu hijo dice que no quiere estudiar aún, no lo tomes como rebeldía. Escucha qué lo motiva, qué lo bloquea, qué necesita descubrir.
• Valida la pausa como una oportunidad. No estudiar ahora no significa no estudiar nunca. Puedes decirle: “Prefiero que elijas bien, con seguridad, a que empieces algo sin sentido para ti”.
• Ofrece orientación vocacional profesional. Un programa adecuado puede marcar la diferencia entre una pausa estéril y un proceso de descubrimiento real. A través de test vocacional para adolescentes, examen vocacional en línea y sesiones emocionales, tu hijo encuentra claridad.
• Comparte tus temores, no los impongas. Es válido tener miedo, pero hablarlo con tu hijo desde la vulnerabilidad puede abrir puentes, no imponer muros.

Acompañar es aceptar que el camino no siempre es lineal

Hay hijos que necesitan explorar antes de decidir. Y hay padres que necesitan confiar antes de exigir. La orientación vocacional para adolescentes no es solo para quienes ya saben lo que quieren, sino también, y sobre todo,  para quienes están perdidos y quieren encontrarse.